Branding responsable para marcas éticas

la clave para conectar con tu tribu

 

Ser una marca ética ya no es (tan) original, las cosas como son. ¡Y eso hay que celebrarlo! Nos encanta el boom de las marcas éticas y los proyectos artesanales. Lo decíamos el otro día en Instagram y seguiremos así de entusiastas. Porque después de taaanta abundancia, taaanta velocidad de producción y taaanto plástico, ya era hora que consumidores y marcas nos responsabilizáramos de nuestras acciones y apostáramos por la transparencia y el uso responsable de los recursos. Pero ¡ojo! Cuando los adjetivos ético, sostenible, consciente, slow, honesto… se ponen de moda, es fácil que todxs quieran apuntarse al carro (¡Hola greenwashing!).

En este artículo no hablaremos de las diferencias y matices entre estos conceptos, sino que nos centraremos en cómo trabajar el branding de marcas éticas para diferenciase de la competencia. Porque ya no basta con decir que eres transparente y que te preocupas por el planeta. Hay que explicar cómo lo haces, qué te hace diferente y encontrar tu personalidad dentro del universo de las marcas éticas. 


¿Qué entendemos por marcas éticas?

Está claro que el adjetivo “ético” es muy amplio y admite múltiples interpretaciones, pero nosotras nos sentimos cómodas con esta definición: 

“Las marcas éticas son aquellas cuyas acciones son respetuosas con las personas, los animales y el medioambiente”. 

Es decir:

  • No testan sus productos con animales

  • No discriminan por razón de género, etnia, religión, nacionalidad…

  • Ofrecen condiciones dignas a sus empladxs y todas las personas implicadas en la cadena de producción (en el caso de productos).

  • Tienen consciencia medioambiental y actúan en consecuencia: no producen más de la cuenta, utilizan materiales biodegradables, reutilizables o reciclables.

  • Priorizan los productos/servicios/materiales de proximidad para reducir su huella ecológica y fomentar el consumo local, siempre que sea posible. Aunque también hay marcas éticas que producen en países lejanos beneficiando a comunidades locales.

  • Pueden destinar una partida a programas sociales o apoyar una causa a favor del planeta, los animales, los derechos de la mujer, etc.

Evidentemente, en un mundo globalizado no siempre es posible controlarlo todo y, a excepción de ciertos proyectos artesanales, ser 100% ético es una utopía. Luego ya entran las creencias y valores de cada persona (pero este es otro tema). Lo que sí que podemos decidir es actuar bajo los parámetros que hemos especificado e intentar ofrecer la máxima transparencia. Y aquí es donde entra en juego el branding responsable. 


Además de serlo, hay que mostrarlo

Ya sabes, si alguien te dice “te quiero” mil veces, pero no te lo demuestra, mal. Las palabras se las lleva el viento. Y lo mismo ocurre con las marcas éticas. En primer lugar, hay que tener valores, de eso no cabe duda, pero para que una marca funcione debe generar confianza. Contar y mostrar, en el sentido más amplio de las palabras.

No es lo mismo decir: “Somos sostenibles” que decir: “Este [insertar producto] ha sido elaborado con madera reciclada por artesanos de [insertar pueblo]”. Si, además, creas contenido con la foto de las personas o la comunidad que elabora dicho producto, explicas la técnica específica que usan y mencionas su sistema de reciclaje de aguas, es probable que tu público conecte aún más con la marca. 

Foto: iaios

Veamos un ejemplo cercano: la marca iaios de jerséis reciclados. De entrada, el naming lo dice todo: jerséis como los de nuestrxs abuelxs (duraderos, calentitos y hechos “con buen género”). Luego, en su página web nos muestran su proceso de fabricación y, finalmente, nos dicen que cada jersey tiene el nombre de un/a abuel/a y nos invitan a conocer su historia.

En resumen, iaios se diferencia de otras marcas de ropa sostenible de la siguiente manera:

  • Naming con mensaje: más claro el agua: iaios. Jerseis de calidad y fabricación slow, como los de nuestros abuelos. Por supuesto que el nombre de tu marca no siempre tiene que ser tan obvio, pero está bien que transmita un poquito de tu esencia.

  • Identidad visual acorde con el nombre: el logo refleja las típicas cenefas de los jerséis de abuelo/a que la cultura hípster ha vuelto a poner de moda.

  • Tono desenfadado: en este caso, el tono de sus mensajes también refleja el lenguaje familiar y desenfadado que acompaña su producto.

  • Storytelling visual y verbal: te contamos quién hay detrás de la marca. Pueden ser los abuelos que han inspirado la propuesta o las personas que han diseñado o fabricado el producto. Lo importante es mostrar que hay personas detrás del proyecto, historias. Y las historias enganchan, humanizan las marcas.

Este es solo un ejemplo de cómo conectar con un público con sensibilidad por las marcas éticas. Hay más opciones para alejarse de los mensajes convencionales y evitar:

  1. Que te confundan con una marca que hace green washing (pretenciosamente ética pero no).

  2. Quedarte en el limbo de las muchas marcas con atributos sostenibles, conscientes, éticos… que hay en el mercado.

Si empiezas tu marca desde cero, es importante trabajar estos aspectos desde la identidad corporativa, de modo que la identidad visual y la verbal estén en harmonía con los valores que quieres transmitir. 

En el post anterior os compartimos un ebook para definir tu esencia de marca, pero si necesitas un acompañamiento, un estudio o agencia de branding responsable será tu mejor aliada para crear una marca que genere confianza con su público y consiga aportar ese valor añadido que la diferencie de las demás. 


Ejemplos de marcas éticas que nos gustan

¡Ahora sí! Nos mojamos con algunas de nuestras marcas éticas favoritas:

Satta Studio: concept store o mejor dicho oasis de diseño sostenible en Barcelona. Un sueño para tus sentidos.

Thinking Mu: ropa muy colorful. Colaboraciones con artistas y mucha transparencia.

ROWSE: cosmética natural con aires mediterráneos e ingredientes 100% plant-based. Sus fotos hipnotizan.

Noak room: Tienda vintage de mobiliario escandinavo.

Mandra studios: pijamas y bañadores sostenibles. Un ejemplo de storytelling con mucho flow.

Blue anemone: marca gallega de vestidos hechos a mano. Venta online.

→ Si te ha gustado este post, escríbenos un comentario y ampliaremos la lista con más ejemplos de marcas éticas. Y si eres una mente pensante detrás de un proyecto ético y quieres trabajar tu branding desde cero o darle un meneo a tu branding actual, puedes contactarnos sin compromiso aq

 
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NEVA is a design & storytelling studio for artisans and ethical brands. We work with passion to create the look and voice of your brand.

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