Liberar espacio para que ocurra eso.

Cada mañana era como un deja vu. Todavía con los ojos cerrados, apagaba la alarma del móvil justo antes de maldecir la melodía zen que sonaba por cuarta vez. La había escogido un año atrás con la esperanza de empezar bien el día y hacer realidad los propósitos de 2022.

Ojalá fuera así de fácil, ¿verdad? Configurar una alarma de pajaritos y despertarte divina, como una de esas influencers que repasa desde la cama antes de poner los pies en el suelo y arrastrarlos hasta la cafetera.

Por qué levantarse temprano si total... saldrá de la oficina de noche y sólo le quedarán fuerzas para hacer un delivery y ver dos episodios de Harry y Meghan.

“Ya no sé qué más tengo que hacer para que pase”, nos decía Claudia (nombre ficticio), que tiene un currículum para enmarcar, experiencia en el extranjero y buenas referencias de todos los sitios.

Llevaba más de un año intentando volver a Andorra, cambiar de trabajo y levantarse cada mañana con vistas al Casamanya, pero pasaban las estaciones y cuando parecía que salía una oportunidad los procesos de selección se estancaban.

Hasta que un día nos sorprendió una notificación en el grupo de Whatsapp: "Ya no puedo más, me cojo una excedencia y me voy a viajar".

Lo había decidido. Dejaba el piso de Barcelona y se marchaba unos meses a Sudamérica. Estaba radiante. Radiante de nervios y adrenalina. El mismo día que lo comunicó a su jefe organizamos una cena para celebrarlo y ayudarla a coger fuerzas para las semanas que vendrían: ventas de Wallapop, limpiezas de armario, maletas y mails de despedida... Necesitó un par de viajes a Andorra para meter una década de vida en Barcelona dentro de la pequeña habitación de la infancia, y cuando acabó la mudanza se dejó caer en la cama con un suspiro. No tenía claro si lo que sentía era alivio, ilusión, angustia o una mezcla de todo eso. Saber que había sido fiel a sí misma no curaba la inquietud de ver bajar las cifras de la cuenta corriente y preguntarse qué pasaría cuando volviera del paréntesis tropical.

 

Tres días antes de Navidad recibimos un mensaje.

– ¿Nos vemos el viernes? Tengo novedades.

Sabíamos que no aguantaría ni 10 minutos sin desvelar la primicia. Y, efectivamente, a los pocos segundos vibró el móvil y oímos la inconfundible voz de Claudia:

– He adelantado el billete, vuelo a Colombia la semana que viene... [dejó unos minutos de suspense] Dentro de un mes me esperan en Andorra, ¡me han hecho una oferta!

2022 nos ha dejado este mensaje

La historia de Claudia podría ser la tuya o la nuestra, el día en que decidimos emprender y dejar un trabajo seguro sin saber si tendríamos clientes o si podríamos vivir de nuestra creatividad.

Es evidente que existen realidades muy diferentes y que no todo el mundo parte de las mismas circunstancias, pero todas disponemos de un recurso precioso: la capacidad de liberar espacio.

De revisarnos periódicamente y ordenar nuestro entorno, tanto físico como emocional.

De deshacernos de lo que ya no nos llena para dejar sitio a nuevas vivencias.

De decidir qué dejamos de hacer, decir, comprar o cultivar para seguir avanzando con un equipaje más ligero que nos permita bailar y movernos libremente.

No es fácil. Tenemos tendencia a aferrarnos a objetos, creencias, puestos de trabajo, relaciones... A preferir la comodidad y rechazar la incertidumbre. Porque soltar implica hacernos preguntas, sincerarnos con nosotras mismas y aceptar que quizás no podremos dar marcha atrás.

La buena noticia es que liberar espacio también es reforzar el valor de todo lo que decidimos conservar. Es dejar un suelo fértil para que crezcan nuevas oportunidades.

Y lo mejor de todo es que cuando afrontamos el miedo a perder y nos atrevemos a cerrar una etapa —sin necesidad de llenar el vacío inmediatamente— reforzamos la confianza en nosotras mismas. Nos abrimos al misterio y dejamos que el aire circule y las piezas se muevan.

Superar el vértigo a exponerse

Este 2023 seguiremos defendiendo la calidad por encima de la cantidad y nos desharemos de los miedos para compartir contigo reflexiones más íntimas. Situaciones que forman parte de nuestro día a día como profesionales del sector creativo y que a menudo van más allá de la esfera laboral.

Y aprovechando que la cosa va a ordenar y compartir… si aún no lo tienes, ya puedes descargarte nuestro calendario de 2023, un detalle que hemos creado para nuestros clientes y clientas para despedir el año. Ojalá te inspire a la hora de ordenar ideas y liberar espacio para todo lo que te llena.


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